14 octubre 2014

++ JUDAIZAR (III). ARGUMENTO PAULINO VS PEDRO. LA JUSTIFICACION.

Hola amigos.

Tratando de llevar una secuencia en mis comentarios concernientes  al episodio suscrito en la carta a los Gálatas (2:11-21) entre Pablo y otro de los pilares del movimiento nazareno, Pedro.
Toca ahora analizar el argumento paulino, es decir, la respuesta que da Pablo a la actitud de Pedro en quien veía una desviación de la buena noticia que se estaba predicando entre los gentiles.

Una actitud de Pedro tan garrafal y digna de amonestar ya que incluso arrastró al colaborador más cercano de Pablo, Bernabé, y junto con él a los otros judíos antioqueños. Entonces Pablo comienza el reproche aludiendo a su elección  y llamado especial por parte de Dios, como miembros del pueblo judío, aquí Pablo aboga a su judeidad incluyendo a Pedro y los otros judíos (Gal 2:15). Ellos no son como los gentiles paganos que no saben distinguir lo santo de lo profano, pero sobre todo, Pablo introduce un argumento sustancia de la teología nazarena: "el hombre no es justificado (por El Eterno) por las obras de la Ley", en otras palabras, quien observa la Torah, la Ley divina, no tiene garantizada la justicia ante Dios. Jesús en sus parábolas dejaba ver que, un fariseo piadoso y observante de los mandamientos estaba más alejado de Dios que un gentil pagano pero que con "humildad" (Lc 18:14) y reconociendo sus faltas (no observancia de la Ley) se acercó a Dios. Lo lógico es esperar que la justificación viniera por el cumplir los mandamientos, pero Pablo aquí deja de manifiesto que no es por observar la Ley, mucho menos de forma legalista, al grado de hacer distinción entre los redimidos; pues un creyente de origen gentil que reconoce a Dios y la mesianidad de Jesús no se esperaba que fuera idólatra o pagano, ya Pablo instruiría en sus comunidades a hacer una separación entre lo profano y lo santo (1 Cor 10:20), pero siempre en términos de la jurisprudencia aplicada a los redimidos de las naciones que no son judías. Escribe Pablo:
"El hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fidelidad de Jesús el Mesías, nosotros también hemos creído en Jesús el Mesías, para ser justificados por la fidelidad del Mesías y no por las obras de la Ley, por cuanto por las obras de la Ley nadie será justificado." (Gal 2:16)
Si Pedro se sometía a las exigencias legales que los sabios, interpretadas de la Ley, habían instruido para la vida judía, dice Pablo, eso no es suficiente para hacerlos aun lado con una conducta hipócrita ante la vigilancia de los más rigurosos observantes de estas costumbres (los que vinieron de parte de Jacobo). Ciertamente entiendo que, Pablo no desestima la Ley ni las costumbres, sin embargo, exalta y suscribe la creencia en Jesús en base a su fidelidad para con Dios más que la mecánica observancia de la Ley. Lo que hizo Jesús, su obediencia extrema, ya el judaísmo a través de los siglos desarrollaría el concepto del zejut (el mérito) que el Justo genera ante Dios. Es el mismo principio aplicado por Pablo a Jesús, no como una muerte vicaria, eso ya sería una exégesis tardía cristiana, sino cómo sustentar la justicia divina en un acto de confianza y fe antes que las acciones. Que nadie se justifica por obedecer la Ley es la premisa paulina pues ni Avraham, Isaac, Jacob, Moisés, David, Josías, Nehemías, etc. ninguno de ellos fue justificado ante Dios por obedecer la Ley, la Torah, fue por pura confianza en él. Pablo en otra de sus cartas lo sostendría aún más claro:
"Pero ahora, aparte de la Ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fidelidad de Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios," (Rom 3:21-23)
Lo mismo que contesta Pablo en Gálatas lo expone en su carta a los Romanos, "todos pecaron", judío y gentil, unos con Torah (Ley) otros sin Ley, la Ley no garantiza la justificación. Al menos aquí es la sentencia paulina, uno podría obedecer toda la Ley de Moisés, pero Dios justifica por el interior, el corazón, y por eso hace hincapié en la circuncisión del corazón (Dt 10:16). Siendo así, Pablo recrimina a Pedro y los demás, que el ser judío y obrar la Ley de poco vale ante lo valioso y glorioso de la Justificación ante Dios.

¿Qué propone Pablo?

Que como judío desde el seno materno (Gal 2:15) y sin transgredir la Torah (Ley) como lo hacen los paganos, con todo y eso, él no tiene segura su justificación ante Dios; ¿sobre qué se sustenta la teología paulina aquí?
"Con el Mesías estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive el Mesías en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fidelidad del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí." (Gal 2:20)
Aquí hay una pauta para entender de forma alternativa a Pablo, no como el sacrificio expiatorio, Pablo se empata con el Mesías, con Jesús, por todo su esfuerzo en la redención individual y colectiva, es decir, lo que vive "en la carne" lo vive en la fidelidad del Hijo de Dios, no en la fe "al" Hijo de Dios como si fuera el sujeto de la fe sino la fe "de" el Hijo de Dios que tuvo con Dios, es decir, la fidelidad que tuvo el Hijo de Dios de obedecer al Padre y entregarse en completa obediencia a su Voluntad. Sé que es algo muy sutil, pero es algo que he aprendido en estos años a diferenciar. Como cuando los judíos rezan en la akedá Itzjak (atadura de Isaac) haciendo referencia a Dios por la fe "de" Avraham, no la fe en Avraham, es decir, los judíos distinguen entre el sujeto de la fidelidad a Dios y la confianza en el Dios de Avraham, uno es el acto de fe que justifica y el otro el motor de la fe. Citaría Pablo cuando escribió: "Así Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia" (Gal 3:6; Gen 15:6, Rom 4:3, Jac 2:23) Este es el argumento de Pablo, así como la fidelidad de Avraham a la promesa de Dios, así también la fidelidad de Jesús (no la fe en Jesús) justifica.

Quizás habría que escribir más sobre esto, quizá en otra oportunidad pero confío en que este brevísimo comentario aporte una nueva óptica para revisar las afirmaciones de Pablo, estoy convencido y espero que entre más se profundice en esto, más estaremos cerca de conocer la esperanza del emisario de las gentes.

Shalom amigos.
.David .Mena

08 octubre 2014

++ JUDAIZAR (II). PEDRO VS PABLO. TRES GRUPOS SUMIDOS EN LA DISPUTA ANTIOQUEÑA

Hola amigos:

En la nota anterior mencioné a grandes rasgos el énfasis primordial del concepto judaizar, a saber, influir e incitar a los gentiles que se hagan judíos, lo cual implica llegar a la cúspide de la conversión por medio de la circuncisión. Una vez que el gentil optaba por hacerse circuncidar ya estaba obligado a someterse a los requerimientos que regían a cualquier judío piadoso de la época a la cual estamos haciendo referencia. Pablo mismo, en otro punto de la carta que pretendo analizar hace eco de ello cuando escribe:
"Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a guardar toda la ley." (Gal 5:3)
Aquí hay una muestra de la formación farisaica de Pablo en quien la Ley era normativa para el pueblo judío por su elección y llamado de los patriarcas. Para entender a Pablo, es necesario saber que "guardar toda la Ley" por consecuencia de la circuncisión, habilitaba las exigencias que de ella emanaban de forma individual que el gentil circuncidado adquiría por su decisión de formar íntegramente parte del pueblo judío. Como incircunciso y "temeroso de Dios" al gentil se le exigían las normas básicas de moral y "espiritualidad" que le regulaban dentro del marco jurídico judaico, una vez que se afianzaba la decisión de pertenecer a la sociedad judía piadosa de forma formal. Los gentiles que reconocían al Dios de los judíos tenían acceso a la sinagoga y ciertas costumbres que les aplicaban, se les hacían estrictas prohibiciones extraídas de la Ley divina, el requerimiento era mínimo y no exigía la circuncisión, todo eso posteriormente evolucionó al concepto de "leyes noájicas" que se aplican a los que no son judíos de nacimiento. Una vez que ese gentil se "hace circuncidar", es decir, accede a la judaización, su estatus social y espiritual cambia de acuerdo a los lineamientos judaicos que interpretaban que, los judíos son hijos de Dios por elección "natural" y que los gentiles, los conversos o prosélitos son hijos adoptivos, pero igual en estatus "hijos de Dios" pues han sido hechos, por medio de la circuncisión, copartícipes del llamado. Los sabios judíos así han entendido la expresión de la Torah: "Una misma ley y un mismo decreto tendréis, vosotros y el extranjero que con vosotros mora." (Num 15:16). El extranjero es identificado por la exégesis judía como los prosélitos (conversos) o gentiles que se circuncidaron y que sin embargo, la Torah identifica como un sector diferente al natural pero parte integral del pueblo de Israel.

Una vez atendido esto ¿qué sustraemos del encuentro entre Pedro y Pablo en Antioquía? Después de todo quien acusa y amonesta es Pablo, sobre su juicio vamos a analizar lo acontecido tal cual él manifiesta a continuación:
"Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de condenar. Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión." (Gal 2:11-12)
Aquí hay un par de referencias para que caigamos en la cuenta que Pablo habla de la actitud de Pedro pero por a consecuencia de dos facciones o grupos que Pablo está señalando, una es los "de parte de Jacobo" y otro grupo "los de la circuncisión". La mayoría de exégetas cristianos no hacen distinción alguna, sin embargo, es interesante notar y podría decir, hacer valer que ya el autor de Lucas y los Hechos emplea el termino "la circuncisión" a un grupo determinado. Según entiendo, los de parte de Jacobo, vendrían a ser los judíos de Jerusalén, este grupo venía ni más ni menos que del núcleo ortodoxo del movimiento de Jesús de donde era Pedro, por eso lo refleja el autor de los Hechos cuando pone en boca de Pedro una referencia a las leyes judaicas que interpretaban la interacción judío-gentil cuando afirma: "Bien saben ustedes cuán ilícito le es a un judío unirse o acercarse a un hombre de otra nación..." (Hch 10:28a).

En Antioquía donde se hace referencia al caso de Pedro, los de la circuncisión vendrían a ser la mayoría junto con los líderes judíos de la comunidad antioqueña que desde luego eran observantes de la Torah y las costumbres ancestrales, sin embargo, por como Pablo describe la situación se entiende que, Pedro, siendo judío y en concordancia con lo que se expresa en el rollo de los Hechos, no hacía la distinción halájica o regulatoria que prohibía a un judío acercarse, entrar a la casa y mucho menos comer con un gentil; el otro grupo, "los que vinieron de parte de Jacobo", eran igualmente judíos observante de las leyes y costumbres judías, quizá de una forma más radical pues es una de las consecuencias de la diáspora en donde las comunidades judías tenían un contacto más próximo y cercano a los gentiles. Lo que Pablo achaca a Pedro es la actitud y cabe destacar que Pablo contrario a la opinión popular no descalifica la costumbre halájica, es como si para Pablo tiene su valor normativo que un judío no se acerque a un gentil. Lo que se extrae de la teología paulina es que, efectivamente hay que matizar que un gentil, pagano, idólatra, que se rebela contra Dios, a ese sí le aplica la jurisprudencia judía, ahí si es ilícito para un judío acercarse. En la respuesta de Pablo él acepta que Pedro no viva como judío prescindiendo de dichas leyes judaicas que regulaban el contacto con los gentiles, después de todo, Pablo aclararía que esos gentiles no son cualquier tipo de gentiles, son temerosos de Dios, son creyentes en la mesianidad de Jesús (Yeshúa), Pablo lo que ve es la doble moral y doble actitud, completamente condenable a los ojos del evangelio que él está predicando. Pablo entonces introduce a un aparente tercer grupo "los otros judíos":
"Y en su simulación participaban también los otros judíos, de tal manera que aun Bernabé fue también arrastrado por la hipocresía de ellos." (Gal 2:13)
La pregunta es obligada ¿quienes son esos "otros judíos"? según yo entiendo, los otros judíos son los pertenecientes a la comunidad antioqueña que antes que "vinieran los de parte de Jacobo" se unieron a la actitud de Pedro. Se puede entender también lo contrario, que los otros judíos fueran de la facción de Jerusalén que llegaron de parte de Jacobo, a estos, viendo la actitud de Pedro, le siguieron; sin embargo, como Pablo introduce a Bernabé que ya se encontraba con él ahí, me inclino por la idea que el grupo de los otros judíos son antioqueños, al venir los de Jacobo es donde se va a evidenciar el cambio de actitud.

En la próxima nota trataré de analizar el argumento paulino a dicha actitud.

Shalom amigos.
.David .Mena