06 noviembre 2014

++ JESUS, LOS ANGELES Y LOS FARISEOS.

Hola amigos:

Siempre se ha cernido la polémica entre Jesús (heb. Yeshúa) y los fariseos. La verdad es que, cuando uno analiza sin prejuicios el contexto histórico cae en la cuenta de que dicha animadversión no va más allá de una sincera discrepancia en la conducta e interpretación jurídica de la Ley de Moisés. En lo que se refiere más allá de esto, Jesús en los aspecto más doctrinales tenía una visión farisea y quisiera compartir un ejemplo.

Bien sabemos que de Pablo de Tarso no hay que hablar mucho en cuanto a su fariseísmo, porque no fuera que él mismo dejó constancia escrita de ello, pero de Jesús, siempre difícil de encuadrar en alguna vertiente religiosa de su época tampoco lo exime de interactuar y ser parte de ella.

Los saduceos.

Con los saduceos la historia ha sido tendenciosa, sabemos de ellos sólo por sus detractores, tanto los autores primarios de los escritos mesiánicos como los recopiladores talmúdicos y asimismo el historiador judio Flavio Josefo de un extracto fariseo. Sin embargo, en lineas generales se admite que los sadokitas o saduceos, al menos los que interactuaron con Yeshúa en los relatos nazarenos, tenían a desmarcarse de las doctrinas fariseas en ciertos pilares: la resurrección (Hch 23:8), la recompensa y castigo (Josefo, Antigüedades, XIII, 5:6; XVIII, 1:4), y la angeología (Hch 23:8). Con respecto a esto último, los esenios tenían una desarrollada angeología (incluidos los demonios), al grado, testifica Josefo que, "honraban el nombre de los ángeles" (Guerras, II, Cap. VII). En este sentido Pablo de Tarso, los redactores sinópticos de los Evangelios, así como el autor del rollo del Apocalipsis al usar nombres propios de dicha terminología doctrinal al nombrar a seres angelicales/espirituales dan evidencia de su influjo judaico, ya sea como Gabriel, Belial, Abbadon o Belcebú.

Flavio Josefo, además de los escritos nazarenos, no dejan lugar a dudas de la rivalidad entre estas dos sectas judías (saduceos vs fariseos), por lo que, al momento de analizar las refutaciones de Yeshúa contra los saduceos deja entre ver a todas luces su tendencia teológica. Un Jesús más alineado con el fariseísmo en doctrinas más abstractas (resurrección, ángeles-demonios, juicio final) y en desacuerdo, como dije al principio, en ciertos puntos jurídicos (Mt 23). Al hacer esta distinción, uno puede entender el desenvolvimiento natural de Jesús para enrolarse en el tronco común de la religiosidad fariseo-esenia, no sólo por la resurrección y los ángeles-demonios sino también por la apocalíptica, un Jesús convencido (a como los esenios y ciertos fariseos) de que el Reino de Dios (escatológico-profético) es inminente.

Jesús vs saduceos. (La cuestión).

Hay un episodio de sobra conocido en el que ciertos saduceos increpan a Jesús por el tema de la resurrección, ciertamente que, la resurrección, contrario, a verdad, muy contrario a la opinión popular no era una cuestión sanjada y de consenso; la sola evidencia de que, existía un grupo judío que no aceptaba dicha postura nos da un marco plausible para comprender que la doctrina de la resurrección de los muertos estaba en una fase ya desarrollada pero no definitiva. Si se quiere tomar en cuenta lo que el historiador judío Geza Vermes llega a afirmar de que de los casi 5 millones de judíos del siglo I e.c. repartidos entre Judea y las provincias romanas, solo 600,000 aproximadamente creían en la resurrección, contando claro a unos 7000 fariseos de Judea y poco más en Galilea quienes sostenían la creencia al 100%, los judíos helenistas de la diaspora y los esenios que si no todos al menos la mayoría se suscribía a ella, de ahí el vulgo, la gente de a pie lo ponía entre paréntesis. Era discutible. De esto se puede entender por qué los saduceos podrían desestimar sin ningún problema la canonicidad de ciertos escritos proféticos (Daniel, Ezequiel, etc.) porque en la Ley de Moisés o Pentateuco (heb. Jumash) no estaba nítidamente declarada dicha doctrina. A Jesús pues, lo saduceos le cuestionan:
"Hubo siete hermanos; el primero tomó esposa, y murió sin dejar descendencia. Y el segundo se casó con ella, y murió, y tampoco dejó descendencia; y el tercero, de la misma manera. Y así los siete, y no dejaron descendencia; y después de todos murió también la mujer. En la resurrección, pues, cuando resuciten, ¿de cuál de ellos será ella mujer, ya que los siete la tuvieron por mujer?" (Mc 12:20-23)
Cabe resaltar que, los saduceos no eran ningunos ignorantes de la Ley, al contrario en el episodio se manifiesta y fundamenta su cuestión en base a la Torah o Ley mosaica (Mc 12:9), partiendo de aquí Jesús tiene que responder bajo los lineamientos expuestos; siempre me resultó asombroso que Jesús no citara a algún profeta, un salmo de David u otro escrito sagrado, más bien, Jesús se ajustó a la base, la Ley. En su respuesta Jesús se suscribe conscientemente al bando fariseo al decir, no por la resurrección que es evidente, sino por su referencia una angeología bien desarrollada:
"...cuando resuciten de los muertos, ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles que están en los cielos." (Mc 12:25)
Es notorio que Yeshúa (Jesús) aquí se hace eco de la exégesis judaica (midrashim) a como lo hicieron los fariseos y esenios con respecto a los ángeles del cielo (Lucas lo amplía un poco más, Lc 20:34-36) que no se reproducen como los hombres (esto Jesús lo afirma no por indicación directa de los textos sagrados sino por interpretación entre otras por el mandamiento de multiplicación que es a los hijos de los hombres, no a los servidores celestiales de quienes no se especifica abosultamente nada sino que irrumpen en la historia humana), incluye también la resurrección en la Ley mosaica, Dios (citando la Ley, Ex 3:6) está en una dimensión donde no hay muertos, de alguna manera Dios tiene presente sus promesas a Avraham, Isaac y Jacob, todos ellos no vieron alcanzadas sus promesas pero suficiente es el poder de Dios para hacerles cumplir en vida sus palabras cuando él disponga (la resurrección).

Todo ese lenguaje que de tanto leer ya llegamos a omitir inconscientemente (el peor de los casos es hacerlo conscientemente) de ángeles por aquí, demonios por allá, nos da evidencia del GRAN influjo del contexto farisaico-esenio de los escritos nazarenos, el fariseísmo era, doctrinalmente hablando, de lo mejor en la perspectiva de Yeshúa (Jesús) salvando claro la diferencia de opiniones jurídicas y la actitud equivocada del corazón que motivaba a conducirse de manera inapropiada con el prójimo y para con Dios. Una de las parábolas que más me gustan de Jesús justamente es entre un fariseo y un publicano, el fariseo presentado como el ideal judío y el publicano como el poca cosa; como sabrán lo malo del fariseo no era su conducta que era intachable, sino la actitud del corazón.

Nicodemo, Simón, Pablo de Tarso, el imparcial sabio Gamaliel o aquellos que advirtieron del plan de Herodes para matar a Jesús, todos estos fariseos. De modo pues que, si atribuimos peso a los escritos nazarenos cuando hablan del contexto religioso judío no queda más que reconocer la deuda histórica que el creyente en la resurrección del nazareno le debe a los precursores, los fariseos.

Shalom amigos.