13 marzo 2015

CENA PASCUAL. ¿JESUS O PABLO?

Lo que a continuación compartiré probablemente resulte incómodo para alguno, inquietante para otro, pero al menos mi intención es que sea información interesante.

La inmensa mayoría que leemos los escritos nazarenos, ya sean en sus distintas denominaciones o auto-adscripciones, tienen el común denominador de perpetuar el indice canónico cristiano. ¿Qué digo con esto? que, no hay versión de las Escrituras hoy en día, que incluya los libros nazarenos (cristianos) y que no lleve este orden: primero los 4 evangelios, hechos de los emisarios, las cartas paulinas y las cartas pastorales o de los demás emisarios y al final, el libro de Revelaciones. La verdad es que, lo que más he aprendido en la crítica textual es ir a las fuentes más antiguas y examinar con pinzas las fuentes más tardías. En otras palabras, yo, David Moisés, por ejemplo, leo primeramente el evangelio de Marcos por encima de Mateo y Lucas (no quiere decir que no lea los otros), los así conocidos como sinópticos; el evangelio de Juan, el más tardío de los tres es, fuera de la duda razonable, la muestra de una evidente elaboración teológica que expone y aumenta una visión del Mesías celestial a través de Jesús Nazareno y es ya, un trabajo elaborado por un autor o una escuela nazarena que, atribuye a Jesús una exaltación de su enseñanza a la que se suscribe el espíritu profético, en otras palabras, el autógrafo toma licencia para poner en boca de Jesús cosas que tal vez no dijo, pero que, por la inspiración divina, se sobreentiende que debió decir. De antemano afirmo que del cuarto Evangelio (en realidad del resto de las Escrituras nazarenas a excepción de unas cuantas cartas de Pablo) no se puede saber con toda seguridad quién es su autor, quien afirme lo contrario simple y sencillamente se auto-engaña y engaña a otros. Antes de seguir, quiero aclarar que resulta difícil de sostener, fuera del prejuicio religioso, que los autores de los cuatro evangelios más usados hasta hoy por todos los movimientos que siguen las enseñanzas del rabino galileo sean testigos oculares. Ya es mucho decir.

Pues bien, expuesto esto, cabe decir que el orden cronológico para entender o por lo menos intentar comprender las enseñanzas del germen nazareno se remite a Pablo de Tarso. Las cartas de Pablo son los primeros escritos nazarenos, por tal, en el campo del estudio histórico tienen preeminencia, es aquí donde uno cae en la cuenta de lo siguiente:

Por si no lo sabían, lo escrito en Mt. 26.26-29; ni lo escrito en Mr. 14.22-25; ni mucho menos en Lc. 22.14-20 son la fuente más antigua de la "cena Pascual". Si uno pregunta, cual es la fuente más antigua de la cena del Señor de ninguna manera hay que citar algún evangelio, en verdad hay que remitirse como ya escribí anteriormente a Pablo, por lo tanto, la primera y más antigua referencia a una cena de Pascua, si cabe llamarlo así, es lo escrito en: 1 Cor 11:23-26. Hay que despejarse la idea de los evangelios, es Pablo de Tarso la fuente primigenia y el impulsor más fehaciente de esta idea religiosa. Hay un remolino de debates al respecto entre los estudiosos, por un lado los que no pueden separar su inclinación teológica y confesional (en otras palabras, los estudiosos cristianos, nazarenos, etc) y los que por puro rigor académico abordan la historicidad de los escritos nazarenos. Por supuesto que leer ambas posturas es enriquecedor para alguien como yo que se encuentra en el primer grupo, pero que, curiosamente me atengo a las conclusiones de los segundos por la simple y sencilla razón del mayor peso, no voy a explicar aquí ese sentimiento de desilusión y gozo que he experimentado en los últimos años, simplemente es algo que le puede suceder a cualquiera.

Ahora bien, se cierne el debate en lo siguiente: tanto el autor de Marcos, Mateo y Lucas al exponer la cena pascual, por lo menos hay que decir, que ya antes otro escritor de la antiguedad había manifestado la idea y que ahora, ellos están transmitiendo una tradición aumentada. El debate se sanja sencillamente, si se desliga la tradición de Pablo de la cena pascual como independiente de los evangelios, entonces Pablo no está refiriéndose a la cena pascual judía estrictamente sino a otra cosa, pero justamente está lo opuesto, que Pablo escribió sobre lo mismo de que los autores sinópticos expusieron, una cena en la que Pablo de Tarso teologiza o interpreta que Jesús es una especie de cordero pascual en la que (Jesús) anuncia su muerte y el perdón de pecados. ¿Y que es lo interesante de todo esto? una palabra griega...

Se ha gastado tanta tinta y seguirá gastándose en interpretar esto que Pablo escribió:

"Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado..." (1 Cor 11:23a; RV60)

La Reina Valera del 60 como es sabido, la más usada de las versiones en el mundo cristiano evangélico, prácticamente todas las versiones vierten lo mismo: "por que yo (Pablo) recibí del Señor" la palabra clave es 'recibir'. Hay dos posturas al respecto con implicaciones realmente considerables, estas dos posturas, desde mi punto de vista, pueden llegar a definir a un creyente.

La primera y la que el 99.99 % de los creyentes (yo quiero ser parte del 0.01 %), consciente o inconscientemente se suscribe es que, Pablo, recibió del Señor, la tradición de la cena pascual que deambulaba desde la época en que Jesús efectivamente habría pronunciado las palabras que todos conocemos que están en Mt. 26.26-29; Mr. 14.22-25 y Lc. 22.14-20, es decir, dar verosimilitud a la historicidad de la cena pascual y que Pablo recibió esa tradición que ya circulaba. Resulta muy sencillo, la verdad, leyéndolo así, con la traducción y concepción de "tradición y recibí", el panorama está claro, no me sorprendería que alguno se dijese: si está más claro que el agua, ¡qué intentas decir David!. La versión Dios Habla Hoy es la más contundente con esta interpretación:

"Porque yo recibí esta tradición dejada por el Señor" (1 Cor 11:23a; DHH).

Sin embargo, lo cierto es que hay una alternativa para reconsiderar el pasaje, la disyuntiva está en cómo aplicar la expresión griega paralambánein (entregar-recibir), salvo la mejor opinión de los expertos y el uso dado en los escritos nazarenos, no está hablando de una mera "tradición" sino más bien de una revelación personal, como de un enunciado que alguien le comunica a otro que lo desconoce, ese es el sentido de la frase, es un tecnicismo judío de kibel y masar bajo una herramienta griega. Lo que presupone esto es que, entre las dos concepciones 1) Pablo recibió del Señor esa revelación que desde la época de la comunidad de Jerusalén (Pedro, Juan y compañía) venían considerando como parte integral de la historia nazarena; 2) que Pablo por revelación divina, sin mediación de alguna comunidad que influenciara en él, llegó a conocer aquello que desconocía, que quizás, la cena en la cual decían que Jesús tomó pan y vino, en realidad era una cena de conmemoración sacrifical o vicaria, en la que, se teologiza tal al estilo de Pablo como el cruce del mar rojo y el bautizo, ahora en el pan y el vino como el cuerpo y sangre del Mesías Jesús. Lo que trato de decir es esto, que el hecho y conocimiento de la cena de Jesús antes de morir no es la revelación en sí la que recibe Pablo, ya sea que, la fuente de esta tradición tenga su origen en la primera comunidad judía de Jerusalén o que, efectivamente Pablo desconociera dicha tradición, su revelación consiste en la inspiración de la exégesis que resulta de interpretar la cena pascual judía como el simbolismo del perdón de pecados por la muerte de Jesús representados en los elementos del pan y del vino. Este teologuema, es decir, la idea teológica introducida en una narración que busca ser histórica, es de origen paulino. Por eso Pablo afirma con contundencia, YO recibí revelación del Señor, y lo que sigue a continuación es el teologuema que Pablo desarrolla en el resto del capitulo de 1 Cor 11.

Es muchísimo decir que Pablo es la fuente del anuncio pascual, si alguien ya lo sabía, no lo sabemos a ciencia cierta, porque Pablo varias veces, en sus cartas, prescinde de la comunidad de Jerusalén, llega a decir que "su evangelio" no lo recibió de "carne ni sangre" un hebraismo resultante de que nadie vino a enseñarle entre los primeros y cercanos discípulos de Jesús tal o cual cosa sobre lo que él iba predicando a las comunidades que fundó y administraba entre los judíos y gentiles.

No es que sea para escandalizar, en historia, el texto antiguo toma preeminencia, sin embargo, en teología la posibilidad está abierta, sea que Jesús quiso conmemorar la pascua e introducir por medio de un culto pascual su muerte y perdón de pecados o ya sea que Pablo la elabora y lo coloca (porque lo recibió del Señor directamente) como un fundamento nazareno, el hecho es que desde entonces hasta hoy muchos creyentes harán eco de la idea expresa de un teólogo judío de la antigüedad llamado Saulo o Pablo de Tarso.

.David .Mena