25 febrero 2010

++ EJEMPLO DE HONESTIDAD Y COMPROMISO CON LA VERDAD DE UN SABIO KARAÍTA

Shalom amigos:

Anteriormente, compartí en el blog, unos comentarios de un sabio caraíta llamado Nehemía Gordon quien respondía unas objeciones levantadas contra el rollo preservado del Mateo hebreo de Shem Tov. Cabe recordar que los caraítas (una rama del judaísmo) no creen en Yeshúa de Nazaret como Mesías y desde luego, Nehemía, no es la excepción. Sin embargo, como académico, el siente un gran compromiso por investigar la verdad lo que le ha ganado señalamientos de sus mismos hermanos de fe, esto no le ha impedido seguir compartiendo su conocimiento del judaísmo antiguo y sobre todo las enseñanzas de Yeshúa. Pero bien, dejaré que él mismo sea quien nos comparta su sentir sobre este tema. Vuelvo a repetir, él no cree en Yeshúa como Mesías por eso de ahora en adelante podré a este sabio de Israel como ejemplo de alguien que busca la verdad “no importa de quién venga”.

Habla la burra

"Burro – un mamífero doméstico, de orejas largas, lento, paciente, de pisada segura, Equus asinus, relacionado con el caballo, usado principalmente como bestia de carga." (Dictionary.com)

Han pasado varios meses desde la publicación de mi libro "Una Oración a Nuestro Padre", el cual escribí junto con Keith E. Johnson, un pastor cristiano de Carolina del Norte. Este libro explora los orígenes hebreos de lo que se conoce comúnmente como "El Padrenuestro". Muchos de mis hermanos y hermanas judíos han expresado una gran preocupación sobre el libro. Algunos hasta han especulado que yo me he convertido secretamente al cristianismo y estoy guiando a otros hacia la fe cristiana. Algunos de mis amigos cristianos se han unido a esa especulación pensando que tal vez hay un “final sorpresivo” para el libro en el cual yo proclamo mi fe en Jesús. Por otro lado, algunos Mesiánicos están diseminando el falso rumor de que yo alegadamente sostengo reuniones secretas durante mis giras de conferencias en las cuales trato de convencer a los "creyentes" de que abandonen su fe. Detesto decepcionar a los rumoristas pero nada de eso es verdad. Yo no me he convertido al cristianismo ni trato de convencer a nadie de que cambia su fe. Supongo que la razón de esas falsas especulaciones es que a algunas personas se les hace muy difícil entender por qué un judío que no cree en Jesús escribiría un libro sobre sus enseñanzas a menos que tenga una agenda secreta. Creo que ya expliqué eso muy bien en mis libros pero supongo que no todo leen mis libros. O tal vez no soy tan elocuente como me gusta pensar que soy. Así que estoy dispuesto a tratar de aclarar los puntos.

Permítaseme comenzar con mi punto de vista sobre Jesús de Nazaret, o como fue conocido 2000 años atrás, "Yeshúa". Por los pasados años yo he adquirido un gran respeto por sus enseñanzas, pero no abrazado la fe cristiana ni me he convertido en “judío mesiánico." Digo esto claramente en todas mis presentaciones con el fin de evitar cualquier confusión posible. Y soy, como he sido por más de veinte años, un Judío Karaíta, lo cual significa que creo que el Tanakh ("antiguo Testamento") es la perfecta palabra de Dios. Como Judío Karaíta, yo espero la venida de un Rey ungido (en hebreo: "Mesías") que será un descendiente directo del Rey David. No tengo idea de cuál será su nombre y por lo tanto no descarto la posibilidad de que su nombre sea "Yeshúa". Muchos judíos, y Karaitas en particular, pueden diferir vehementemente de mí en este último punto. Todo lo que puedo decir es que cuando el descendiente ungido de David reine como un rey de carne y hueso sobre Israel, como se promete en las Escrituras, todos sabremos su nombre como un hecho consumado.

Así que ¿por qué tengo lo que una de mis hermanas –una devota Judía Ortodoxa– llama un "interés no saludable en Jesús"? Ello comenzó hace muchos años, cuando salí del judaísmo rabínico y comencé a investigar todas las religiones del mundo. Estaba particularmente interesado en el judaísmo antiguo en todas sus formas y eso naturalmente incluía el ministerio de enseñanza de Yeshúa de Nazaret. Mi interés en este tema no es tan insólito como pudiera pensar mi hermana. En el siglo pasado, hubo eruditos judíos que desarrollaron cada vez más investigaciones para descubrir el trasfondo y contenido hebraico del Nuevo Testamento. Uno de los más grandes de estos eruditos fue el Profesor David Flusser, siendo un judío ortodoxo, que enseñó en la Universidad hebrea de Jerusalem. Yo fui adiestrado en el estudio de los textos judíos antiguos en la Universidad Hebrea de Jerusalem donde obtuve mi grado de Maestría en Estudios Bíblicos y veía mi propia investigación de las enseñanzas de Yeshua como parte de esa tradición escolástica.

Para darle algún contenido a esa investigación, hace algunos años tuve el privilegio de haber trabajado con los Rollos del Mar Muerto, que fueron escritos por un antiguo movimiento judío llamado los Esenios. Aunque yo creo que los Rollos del Mar Muerto contiene un gran valor, en ningún momento me convertí en esenio. Además, como erudito textual que investigaba los rollos no era mi rol convencer a nadie de que creyeran o no creyeran en el judaísmo esenio. Mi rol como erudito era tratar de entender lo que querían decir esos antiguos documentos en su contexto lingüístico, histórico, y cultural original. Así es como veo mi rol al explorar el trasfondo hebraico del Nuevo Testamento. Mi rol como erudito textual no es dirigir a nadie hacia la fe cristiana. Tampoco es mi rol dirigir a nadie a salir de la fe cristiana. Esos son asuntos de fe y creencia personal que están más allá del alcance de mi investigación. Mi rol como erudito textual es entender lo que enseñó Yeshua contexto lingüístico, histórico y cultural en el que él predicó. Para quienes creen en Yeshua yo pensaría que esto debe ser de gran importancia. Pero también debería ser de importancia para los no cristianos, siendo que Yeshua fue indiscutiblemente una figura muy importante en la historia mundial que influyó profundamente en el desarrollo de la civilización occidental.

En adición a mi interés en todas las formas de judaísmo antiguo, hay otra razón por la que creo que es importante que yo comparta los resultados de mi investigación, especialmente con los cristianos. Eso se relaciona con una experiencia que tuve hace muchos años en Jerusalem. Viviendo en la Santa Ciudad, conocí a toda clase de personas interesantes. Uno de esos caballeros fue un turista norteamericano que se describió a sí mismo como un "Gentil Mesiánico". Yo había escuchado antes de "Judíos Mesiánicos" pero no sabía lo que era un Gentil Mesiánico. Él explicó que él creía que Yeshua es el Mesías y quería vivir como vivió Yeshua. Me dijo que como judío, Yeshua se abstenía de comer carne de puerco y asistía a la sinagoga en el Sábado. Aunque no tenía ascendencia judía que supiera él, él también quería vivir como había vivido Yeshua, absteniéndose de comer carne de puerco y asistiendo a una sinagoga en el Sábado. En ese tiempo yo no había conocido a nadie así y quedé muy intrigado. Terminamos pasando muchas y largas horas discutiendo nuestras respectivas creencias y prácticas. Un día él me estaba diciendo acerca de las oraciones en su congregación allá en Norteamérica y anunció orgullosamente que en su sinagoga Mesiánica ellos recitan la Amidah. Cuando escuché esto quedé sorprendido porque yo sabía algo que obviamente él no sabía. La Amidah es la oración estándar del Judaísmo Rabínico y yo me crié como judío ortodoxo recitando esa oración tres veces al día. La Amidah es también conocida como las "Dieciocho Bendiciones" pero hoy día en realidad contiene 19 bendiciones. La bendición 19, la que mi amigo obviamente no conocía, se llama la Birkat HaMinim, que significa "la Bendición de los Herejes". A pesar de su nombre, es en realidad una maldición contra los así llamados "herejes". Fuentes históricas, muy notablemente el Talmud, nos informan que esta bendición número 19 fue añadida a la Amidah alrededor del año 90 de la Era Común con el fin de evitar que los judíos que habían aceptado a Yeshua como el Mesías participaran en los servicios de la sinagoga. En aquel tiempo, los Rabinos no tenía la autoridad de evitar que los seguidores judíos de Yeshua asistieran a las sinagogas pero razonaban que esa gente dejaría de asistir si se proclamaba sobre ellos una maldición durante todo servicio de oración. Cuando este "Gentil Mesiánico" me dijo que su congregación recitaba la Amidah durante sus servicios yo pensé que seguramente él quería decir que recitaban la Amidah sin la Birkat HaMinim. Así que le pedí que me mostrara su libro mesiánico de oración, rápidamente fui a la sección que contiene la Amidah. Para mi horror, encontré que ciertamente contenía la Birkat HaMinim. Había sido traducida de una manera ingeniosa para obscurecer su significado, pero allí estaba en blanco y negro tanto en hebreo como en inglés. Me rompió el corazón el pensamiento de que un grupo entero de personas devotas, que estaba buscando a su propia forma la verdad bíblica, estuvieran proclamando una maldición pública sobre ellos mismos porque no entendían el contenido histórico de su propia fe. Ellos querían vivir como vivió Yeshua pero terminaron recitando una oración creada para maldecir a los que creen en Yeshua. Me di cuenta allí y en ese momento que el Todopoderoso me había bendecido con un entendimiento de los idiomas antiguos y de los antiguos textos judíos y yo estaba obligado a compartir esa información con cualquiera que la necesitara, aun cuando yo difiera de ellos sobre asuntos importantes de la fe.

Como judío, no es demasiado extraño para mi interactuar con personas con las que no estoy de acuerdo en asuntos de fe. Esto es parte del pluralismo inherente en la cultura judía en general. Hay un Viejo dicho de que "si le preguntas a dos judíos obtendrás tres opiniones." Esta crítica se basa en un principio fundamental en el judaísmo rabínico de que hay setenta significados verdaderos para cada palabra de la Escritura. El resultado de esta doctrina es que se pueden tolerar múltiples, aun cuando sean diametralmente opuestas. Este enfoque ha dotado a los judíos de una actitud relativamente pluralista hacia asuntos de creencia, especialmente cuando esas creencias no resultan en alguna expresión práctica de observancia ritual. Eso está en claro contraste con la tradición cristiana de disolver el compañerismo aun sobre las más sutiles diferencias doctrinales, y ciertamente en siglos antiguos de quemar la gente en un poste.

Como Karaita, no estoy de acuerdo con el principio rabínico de que hay setenta significados verdaderos para cada palabra de la Escritura. Yo creo que hay una sola interpretación verdadera. Sin embargo, con el Templo en ruinas y el pueblo de Israel en un estado de Exilio no necesariamente sabemos cuál esa verdadera interpretación. Esto requiere un pluralismo pragmático que en cierto modo es aun más tolerante que el judaísmo rabínico. Los Judíos Karaitas creen que tenemos que hacer lo mejor posible por descubrir la verdad pero también para humillarnos ante Dios y admitir que nunca podemos saber con seguridad "hasta que aparezca un sacerdote con Urim y Tummim" (Ezra 2:63). Esa humildad significa no juzgar a nuestros hermanos por estar en desacuerdo sobre asuntos de fe, y hasta sobre asuntos de observancia ritual, siempre que ellos hagan lo mejor posible por descubrir la verdad de la Escritura. No estoy diciendo que todo judíos, ni siquiera todo karaíta, siempre vive a la altura de estos ideales pero estos son como quiera valores profundamente enraizados en la cultura judía..

Considerando que hay, según la Enciclopedia Cristiana Mundial, sobre 33,000 denominaciones, yo habría pensado que los cristianos serían aun más tolerantes de diferencias de fe y práctica que los judíos. Para estar seguros, esto puede ser cierto de muchos cristianos. Sin embargo, No me había dado cuenta de cuán extraño es este enfoque pluralista para algunos cristianos hasta el año pasado cuando estuve en una gira de conferencias en Estados Unidos. Después de una de mis presentaciones un hombre se me acercó y me agradeció por la información que yo había compartido. Me dijo que su líder congregacional le había dicho que no viniera a mi presentación. El líder congregacional le había advertido que por ser yo uno que no cree en Jesús no estaba "ungido" para hablar la verdad. El hombre le objetó a su líder congregacional: "Si Dios pudo usar la burra de Balaam para hablar la verdad entonces ciertamente puede usar a Nehemia".

Supongo que la mayoría de los judíos se ofenderían profundamente de ser comparados con una burra pero yo quedé más perturbado por la arrogancia del líder congregacional de aquel hombre. Yo fui criado con la tradición de los Rabinos que enseñaron: "¿Quién es un hombre sabio? El que aprende de todo hombre." (Ética de los Padres 4:1). Los judíos karaítas abrazan de todo corazón este principio, citando a menudo las palabras del sabio rabínico del siglo 12 Maimónides (Rambam): "Acepta la verdad no importa quién la hable." Cuando Maimónides dijo esto se refería al conocimiento matemático y astronómico que aprendió de las antiguas fuentes griegas. Él no descartó ni ignoró ese conocimiento aun cuando provenía de paganos porque el conocimiento era verdadero en su propio derecho. Es importante notar que eso no fue simplemente conocimiento "secular" para Maimónides; tenía una aplicación práctica para la observancia de ciertos mandamientos bíblicos.

Los discípulos originales de Yeshua y sus herederos entendieron que la verdad tiene un valor independientemente de su origen. Evidencia de esto puede hallarse en el Libro de los Hechos, que cita las palabras de Gamaliel, un Fariseo principal del siglo 1. Aunque Gamaliel no era un creyente en Yeshua, el Libro de los Hechos consideró que lo que él dijo era una verdad valiosa y verdadera en su propio derecho. La noción de que un cristiano hoy día debe categóricamente considerar lo que tienen que decir los judíos como sin valor y no confiable a causa de nuestras diferentes creencias es la cumbre de la arrogancia. Recuerdo las palabras de Pablo de Tarso (admitidamente judío) que advirtió a los gentiles:

"Pero si algunas de las ramas fueron desgajadas, y tú, una rama del olivo silvestre, fuste injertado en lugar de ellos para participar de la rica raíz del olivo, no te jactes sobre las ramas. Si te jactas, recuerda que no eres tú quien sostiene a la raíz, sino la raíz la que te sostiene." Romanos 11:17-18

Sospecho que Pablo estaba hablando acerca de algo que ya esta ocurriendo en su propio tiempo: Había gentiles que abrazaban la fe en Yeshua y se jactaban de que eran mejores que los judíos que no compartían su nueva creencia, aun cuando esos judíos eran la “raíz” de la fe de ellos.

Como si esta arrogancia no fuera bastante mala, poco después de ser comparado con la burra de Balaam, el espectro del anti-Semitismo levantó su fea cabeza. Yo había sido invitado a hablar en una conferencia cristiana cuando el organizador recibió una alarmante advertencia de parte de un pastor cristiano local. El pastor proclamó que como "judío no-creyente" yo estaba operando bajo el control del "espíritu del Anticristo". Cuando oí esto, pensé que el pastor lo decía metafóricamente, pero resultó que él quería decir que había un espíritu demoníaco literal que estaba influenciando cada movimiento mío. Explicó que no era nada personal contra mí pero que todos los "judíos no-creyentes" están bajo el espíritu del Anticristo. Jactarse contra la raíz es una cosa, pero esto equivalía a maldecir a la raíz.

Algunos de mis colegas judíos que leen esto probablemente están pensando: "Así que por qué molestarte, Nehemia! Deja que los goyim perezcan en su ignorancia." Mi respuesta es que hay incontables cristianos ahí afuera que quieren entender su fe en su contexto original histórico, cultural y lingüístico. Jesús de Nazaret fue un judío que hablaba hebreo y vivió como judío entre los judíos. Simplemente sucedió que Dios me ha bendecido con un conocimiento del judaísmo antiguo y del hebreo antiguo y me siento compelido a compartir esta información con aquellos que la necesitan, aun cuando esté en desacuerdo con ellos sobre asuntos importantes de fe. La Torah nos enseña a amar a nuestro prójimo como nos amamos a nosotros mismos lo cual significa tratar a otros como queremos ser tratados. Sé que si yo careciera de un conocimiento vital me gustaría que viniera alguien que tiene ese conocimiento y lo compartiera conmigo. Por lo tanto, tengo que compartir el conocimiento que tengo con quienes lo necesiten. No estoy diciendo que lo sé todo ni que tengo todas las respuestas. Pero si Dios pudo usar una burra para hablarle a Balaam tal vez me está usando a mí para algún propósito que está más allá de mi compresión. Ruego que como la burra de Balaam esta sea una carga que yo continúe llevando.

Nehemia Gordon
En Salem, Oregon
Karaite Korner Newsletter #449

Gracias a la lista hebraica