25 agosto 2011

++ PARASHA REE 5771 - BUSCANDO LA BENDICIÓN DE SU PRESENCIA

Shalom amigos:

Está escrito en la Tora:
"...el lugar que YHWH vuestro Di-os escogiere de entre todas vuestras tribus,  para poner allí su Nombre para su habitación,  ése buscaréis,  y allá iréis." (Dt 12:5)
La parashá de esta semana es Reé (mira, ve) haciendo referencia a lo que El Eterno ha puesto delante de nosotros, la bendición y la maldición que hay en hacer y no hacer su Voluntad. Queridos nazarenos y temerosos del Di-os de Israel, no hay mayor bendición que andar en la presencia del Creador. Es por eso de la gran dicha de Israel cuando el Templo está en pie, y Moisés, en el texto citado, estaba haciendo referencia al lugar que HaShem elegiría para hacer residir en el su Nombre, ese lugar fue Jerusalén, en el monte Sión. Pero la Tora nos dice algo profundo:
leshijnó tedrishú
a Su morada HABÉIS DE BUSCAR
Y sabemos que El Eterno, cuando mandó construir el primer tabernáculo en el desierto, era para residir en nosotros como está escrito:
"Y que me hagan un santuario para que yo habite entre ellos" (Ex 25:8)
El Eterno hubiese dicho: háganme un mishkán para que YO HABITE EN ÉL, pero esa no es la intención de El Eterno sino la habitar en nosotros y que nosotros le busquemos. No me sorprende que se le vengan a la mente textos de los escritos nazarenos, pues ese ha sido siempre el propósito de Elohim. Nosotros debemos anhelar su presencia y como nos manda la Torá buscar su morada (Su presencia). Buscar su Presencia significa pasar pruebas, obstáculos, dificultades, hacer valer nuestra declaración de fe con firmeza y certeza, buscando amar a nuestro Di-os con todo nuestro corazón, alma y fuerzas.

Queridos nazarenos y temerosos del Di-os Verdadero, busquemos la Shejiná, la Inspiración Santa que nos capacita para andar en la bendición que se nos mostró, para andar en el camino de libertad, para testificar de la Verdad, pidamos a nuestro Padre bueno que nos provea de su Espíritu de Santidad y que nunca nos apartemos de Él y por consecuencia elevemos nuestras manos continuamente y no desfallezcamos por que la redención nuestra está cerca.

Shalom en su Majestad, el Rey de Israel.

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