06 septiembre 2011

++ PARASHA KI TETZÉ 5771 - DE HIJO REBELDE A HIJO OBEDIENTE

Shalom amigo y amigas:

Esta semana leemos la parasha Ki tetzé (cuando vayas) a guerrear. Esta porción de la Ley es la que más mandamientos enlista de todas las parashiot (74 mitzvot). De entre ellos aparece el del ben sorér (el hijo descarriado):

Si alguien tiene un hijo desobediente y rebelde, que no hace caso de lo que le dicen sus padres, y que ni siquiera cuando lo castigan los obedece, sus padres deberán llevarlo ante el tribunal de los ancianos de la ciudad, y decirles: 'Nuestro hijo es desobediente y rebelde; no nos obedece en nada, es un pervertido y un borracho. ' Entonces todos los hombres de la ciudad lo matarán a pedradas. Así acabarán ustedes con la maldad que haya en medio de su pueblo y , al saberlo, los israelitas sentirán temor. (Dt 21:18-21)
El ben sorér (hijo rebelde) no tenía la mayoría de edad según la Tora (13 años), los sabios de Israel dicen que, todo lo que le sucede para mal a los hijos antes de su mayoría de edad, es responsabilidad de los padres. En otras palabras, las enfermedades y crisis emocionales de los hijos antes de su bar mitzvá (mayoría de edad según la tradición de Israel), están sujetas a las acciones de los padres. Pero aquí, el ben sorér, es lo opuesto, les trae una deshonra grande a los padres con su forma de proceder y la Tora provee de semejante mandamiento para exponer esta situación y remediarla. Los padres no son negligentes y reprenden al hijo, pero este último no escucha, es necio y se da a la vida fácil ("es un pervertido y un borracho"). En honor a la verdad, el castigo es grande, la pena capital, y esta tiene relación precisamente con otro gran mandamiento, el de honrar a los padres.

En el caso del ben sorér, la Tora agota las alternativas, "no escucha", de modo que se procede con la sentencia. Está escrito con respecto a la honra de padre y madre:
El que hiriere a su padre o a su madre, morirá (Ex 21:15)
Aquí aprendemos que la deshonra de nuestros padres la podemos llevar a cabo desde pequeños. Los sabios de Israel [Sanhedrin 72] traen una explicación al por qué el hijo desobediente es juzgado con tremenda severidad; no es que el hijo sea juzgado por la situación actual, sino por el futuro. La Tora expone el principio de que, un joven con esas características de rebeldía, poco a poco irá desarrollándolas al punto de que su deseo por placeres materiales sean incontrolables, es entonces cuando ya, en su mayoría de edad y cuando pueda desatar todos sus impulsos, no parará hasta saciarlos al grado de si es necesario, para él, engañar, robar hasta llegar al asesinato, es entonces cuando sea presentado a un beit din (juzgado competente) se dé la sentencia: pena de muerte.

Cuan importante es honrar a los padres y cuan importante es educar a los hijos. De esto tenemos una lección crucial. Los sabios dicen: "Toda actitud de un niño es una señal de lo que será de mayor multiplicado por 1000". ¿de qué habla nuestro hijo? ¿es más obediente que rebelde? la conciencia de esta realidad que nos expresa la Tora nos puede ahorrar días de tristeza y amargura, pues los hijos son una extensión de nosotros. Yo como padre tengo mucho camino por recorrer, ahora mas que nunca censuro las frases comunes: "es niño, déjalo que crezca y va a aprender" y otra muy dicha: "no es tan grave lo que hizo".

Este mandamiento del ben sorér, difícilmente ha sido observado a través de la historia de nuestro pueblo, el Talmud afirma que el 'hijo descarriado' nunca ha existido ni existirá jamás y pregunta ¿si no ha existido ni existirá, para qué fue escrito? responden los sabios: para estudiar Tora. En verdad que se aprenden grandes cosas y se adquiere sabiduría de los juicios del Eterno. Yo agrego que, nos enseña algo en relación con nuestro Padre celestial.  Nosotros somos hijos de Di-os, y a través de la historia, del Eterno se puede decir que sí ha llevado a cabo la premisa del ben sorér (hijo descarriado) cuando el pueblo de Israel se ha entercado en su maldad, cuando ha desobedecido la voz de HaShem y no ha querido cumplir su Voluntad, es entonces que el Padre, entrega al juicio a su hijo (Israel). Los exilios y demás calamidades de nuestro pueblo se deben a la deshonra que causamos al Nombre de nuestro Elohim (Di-os), por eso Él nos quiere instruir de esta manera, pues la finalidad del mandamiento del ben sorér era para: " así quitarás el mal de en medio de ti," de esta forma, cuando El Eterno nos ha entregado a nuestros enemigos, nos invita para que desde allí le busquemos y limpiemos nuestros corazones. Los castigos extremos a parte de ejecutar la sentencia divina eran para despertar en nosotros el arrepentimiento sincero, es así que El Eterno "quita el mal en medio de nosotros", de esta forma le podemos seguir temiendo Su Nombre para después amarle completamente.

Que El Eterno les bendiga a ustedes y a mí también.

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