Había una vez un hombre que era picapedrero o cantero (el que pica las piedras), se ganaba la vida picando rocas en una montaña, sin duda era un trabajo difícil. Una vez se quedó dormido debajo de un árbol y tuvo un sueño. Soñó que la carroza del rey iba pasando por donde estaba él y se dijo –que hermoso y maravilloso sería ser grande y poderoso, que todos te sirvan- entonces exclamó: me gustaría ser rey! en ese momento, algo pasó que se vio vestido de rey, con capa y cetro, dentro de una carroza. Todo iba muy bien, cuando de repente comenzó a sentir calor, pues los atuendos del rey son muy gruesos, vio entonces que por una de las ventanas de la carroza los rayos del sol entraban, entonces volvió a decir para si –qué hermoso y maravilloso sería ser grande y poderoso como el sol que hace sudar hasta los reyes- pues pensaba que un rey no era más grandioso que el sol que lo doblega con el calor. Entonces se vio siendo el sol que irradiaba energia e iluminaba los valles. Todo iba bien siendo sol, iluminando con sus rayos a los hombres, pero entonces, vio que una nube lo tapaba y ya no alumbraba sobre los hombres ni el campo ni las montañas, entonces se dijo –qué hermoso y maravilloso sería ser grande y poderoso como esa nube- pues pensaba que una nube doblegaba al sol con su presencia, pues al interponerse daba sombra y los rayos del sol no llegaban a los hombres ni los campos ni montañas. Sucedió entonces que se vio siendo una nube, así, como nube, se la pasaba bloqueando los rayos del sol y dando sombra a los hombres, campos y montañas. Pero luego, un viento movía la nube y se decía –qué hermoso y maravilloso es ser grande y poderoso como el viento que con su fuerza doblega a la nube- en eso, se vio siendo el viento. Todo iba bien siendo el viento que soplaba y movía las nubes, pero sucedió que una montaña se interpuso en su camino y quizo soplar más, pero no pudo moverla. Tiró árboles y movió rocas, pero la montaña quedaba intacta, entonces se dijo –qué hermoso y maravilloso es ser grande y poderoso como la montaña que, ni el viento más fuerte puede moverla- en eso se vio siendo una montaña grande y majestuosa que tapaba los vientos fuertes y débiles. Todo iba bien siendo una montaña hasta que vio que unos hombres “picapedreros” subían a la montaña y con sus palas picaban la piedra de la montaña, entonces se dijo –qué hermoso y maravilloso sería ser picapedrero- (El cuentito está condensado. Lo escuché del Rav Natán Menashe)
¿Qué se aprende de esta historia? Que la verdadera riqueza está en ser feliz con lo que uno tiene, no ver las cosas de los demás como dependiendo de ellas, sino disfrutar lo que uno mismo ha adquirido. Así, nosotros somos ricos, porque la verdadera riqueza no es lo material sino como está escrito de la sabiduría:
Las riquezas y la honra están conmigo (la sabiduría); Riquezas duraderas, y justicia. (Prov 8:18)
¿Quieres ser verdaderamente rico? Busca la sabiduría, la inteligencia y el conocimiento de YHWH. Si buscas la riqueza falsa te vas a dar cuenta como el picapedrero que si anhelas cosas materiales y poderes terrenales, nunca te saciarás y darás vueltas por el mundo en la infelicidad. Te digo querido israelita que, si temes a YHWH y guardas sus mandamientos eres el más rico de los hombres, vive siendo feliz con lo que tienes. Los sabios enseñaron:
¿Quién es el hombre rico? el que está conforme con lo que tiene (Pirkei Avot 4:1)
Pero no es conforme sino que dice “asameaj” es decir, contento, alegre. El hombre rico está alegre con lo que tiene y te digo que si tienes sabiduría de YHWH no deberías de necesitar algo externo como las cosas materiales. Transmite la alegría que se te ha dado y cumple el llamado de ser luz para el mundo.
.David .Moshé .Mena
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